Poco después de venir a vivir a Mallorca empecé a documentar la abundante actividad de construcción y destrucción dentro de la isla. Aún observo lo antiguo mezclándose con lo moderno, a veces armoniosamente, otras en conflicto.

Lo que pica mi curiosidad es que la mayoria de las fachadas que dejó trás de sí la demolición del edificio anexo. Durante unos pocos meses, uno puede ver la impronta dejada en las paredes de los que una vez vivieron allí. Es una muestra representativa de los cambios generacionales de la propiedad. Imito este proceso en mis obras usando materiales de desecho y pintando sobre antiguos cuadros míos.

En concierto con estas fotos, colecciono imágenes, objetos e historias que tratan de los cambios en el tiempo, más específicamente, con cómo la gente crea un hogar, metafórica and físicamente.

Empiezo con una selección de fuentes visuales como: fotografías de edificios derrumbados o en ruinas; materiales oxidados; objetos residuales y reliquias sacadas de obras de construcción; trozos de papel de hogar. Estas cosas son la impronta de un hogar vacío, los escombros de la vida diaria. Como evidencias susurrando, “yo estaba aquí”, uso estas imágenes y materiales como mis cimientos para crear respuestas a la búsqueda de casa.

Mi modo de combinar los materiales subraya la transformación de lo artificial, que vuelve a la forma orgánica, dando utilidad otra vez a superficies cambiadas por el paso del tiempo y a menudo, por el abandono. Ellos son mi contribución a la continuidad del comportamiento humano, mi expresión de cómo nuestras experiencias imitan los modelos y formas encontradas en la naturaleza y el entorno que manipulamos.